viernes, 21 de mayo de 2010

La hondura de lo fugaz


Inventé ese paraíso
que no pudimos tocar,
con las miradas que nunca se cruzaron
en el suave tañido de las palabras jamás dichas
y a ti con caricias que el pudor no me dejó nacer.

Aprisioné entre mis manos la bruma,
el instante tuyo y mío
pero no nuestro,
y me quedó el misterio, esta humedad,
pinceladas de la imagen.

¿Acaso podríamos guardar el instante
en esta desnudez?

Las horas vuelan,
sin ser ninguna nuestra, lentamente

2 comentarios:

  1. bien bien bien muy bueno deivid !!

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  2. Gracias Pibeee!!!

    Me alegra que te haya gustado, significa que voy por buen camino. ;)

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