
Mis dedos sobre las teclas
ya no vomitan versos agrios
y el olvido se abandonó a la remembranza,
cerrando la puerta que construí
para entrar sin haber salido.
La vida se me deshace
gota a gota, en el vacío del vaso,
en la adicción al trino de los pájaros que ya no vuelan.
El humo y las flores
se mezclan en el infierno, dentro de tu cráneo
prohíbo olvidarte de mí
Me he puesto la corbata
como más te gusta, colgada al techo.
Intentando sacar el piano del aljibe
me entregué al deporte literario,
a la velocidad de la pluma
pero estamos un poco lejos ¿no te parece?
Yo respirando recuerdos
y tú viviendo como si nada.